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Ciro Frías, el valiente capitán rebelde

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Ciro Frías Cabrera fue uno los campesinos de la Sierra Maestra que más ayudó a la guerrilla, bajo el mando de Fidel Castro, que combatía a la dictadura de Fulgencio Batista.

Por su bravura y capacidad se ganó los grados de capitán, y murió en combate antes de cumplir 30 años, el 9 de abril de 1957.

Se incorporó como combatiente del Ejército Rebelde en enero de 1957, un mes después del desembarco del yate Granma, y participó en importantes acciones de la Guerra de Liberación a lo largo de ese año.

Con el grado de capitán en 1958, fue junto al comandante Raúl Castro fundador del Segundo Frente Oriental Frank País, y murió en el ataque al cuartel de Imías.

Nació el 10 de diciembre de 1928 en la finca Buey Gallego, Bayamo, antigua provincia de Oriente. En la Sierra Maestra poseía una finca en 1956 y una bodega, en el lugar conocido como El Ají de Juana.

Luego de producirse el ataque al puesto militar de La Plata por la guerrilla comandada por Fidel Castro Ruz, Ciro y su hermano Antonio hicieron contacto con los revolucionarios y decidieron ayudarlos. Sirvió de enlace de la guerrilla y condujo el segundo grupo de hombres que se unió al Ejército Rebelde procedentes de Manzanillo.

A fines de enero de 1957, por una delación, su hermano Antonio y el joven arriero Eliecer Tamayo fueron asesinados por las tropas del comandante del ejército de la tiranía Joaquín Casillas. Su mujer y un primo hermano que era dependiente en la bodega de El Ají, fueron detenidos. Los soldados saquearon y quemaron el negocio de Ciro quien se incorporó a la guerrilla rebelde.

El 9 de febrero participó en el combate de Altos de Espinosa en el cual la guerrilla fue casi cercada por el ejército gracias a la traición de Eutimio Guerra. Después el traidor fue capturado por una patrulla al mando de Juan Almeida y reducido por el propio Ciro que estuvo en todos los momentos importantes.

A mediados de marzo de 1957 la pequeña tropa rebelde recibió el primer gran refuerzo en hombres y armas enviado desde el llano por el jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio, Frank País García. Conformaban el mismo unos 50 hombres bajo el mando del capitán Jorge Sotús Romero, más tarde traidor contrarrevolucionario.

Con esta tropa se reestructuró la Columna 1 José Martí y se formaron tres pelotones. Ciro Frías, con el grado de teniente, recibió el mando de una de las escuadras del pelotón del capitán Sotús.

El 28 de mayo tuvo una destacada participación en el Combate de El Uvero. El 26 de julio de 1957 combatió bajo las órdenes de Guillermo García en el central Estrada Palma y el 20 de agosto se convirtió en el héroe indiscutible del combate de Palma Mocha, al avanzar bajo las balas y recoger las armas de varios compañeros caídos.

De allí partió con Efigenio Ameijeiras para la emboscada del Turquino, donde no llegaron a combatir, pero libraron una batalla de cinco días contra el hambre y la sed, sin abandonar sus posiciones. El 8 de noviembre capitaneó el combate de Mareón, provocando numerosas bajas al enemigo. Doce días más tarde dirigió, también con éxito, el de Mota. Bajo el mando directo de Raúl participó con su escuadra en otras dos acciones más: el 24 de diciembre de 1957, en Chapala, y el 16 de febrero de 1958, en la emboscada al refuerzo del ejército en Pino del Agua.

El primero de marzo, cuando el Comandante Raúl Castro marchó para abrir el Segundo Frente Oriental, Ciro estuvo entre los hombres escogidos para acompañarle. Fue ascendido a capitán y al mando del pelotón No 3 de la Columna No 6 Frank País realizaron la travesía desde la Sierra Maestra hasta las montañas situadas al norte de Oriente.

El 7 de abril de 1958, ya en el nuevo frente guerrillero, se le asignó el mando de la Compañía E, en los momentos en que se preparaba el asalto a varios cuarteles en apoyo a la huelga del 9 de abril, correspondiéndole a Ciro el de Imías, en la costa sur.

En la madrugada del 9 de abril de 1958, Ciro ya estaba combatiendo. Sus fuerzas se dividieron en tres grupos, y el suyo atacó por el frente. Luego de varias horas de intenso tiroteo ordenó quemar una casa existente al costado del cuartel. Trató de forzar la resistencia y avanzó disparando e intimando a los soldados a la rendición desde muy cerca de sus posiciones. Estos respondieron el fuego y recibió un disparo en el pecho que le causó la muerte inmediatamente. El valiente capitán murió combatiendo por la Revolución hace 67 años. Gloria eterna a su memoria.

Granma.

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